La ‘‘mano cibernética’’, compuesta de alambre y metal, algún día acariciará, asirá objetos y se flexionará con la misma naturalidad que una mano de carne y hueso. Esta prótesis, que actualmente se desarrolla en Italia, podría incluso emular el sentido del tacto: su sistema sensorial artificial está formado por microsensores, que transmitirán los estímulos a través de electrodos implantados en los nervios del brazo. La información sobre la textura y la temperatura de las superficies que se toquen se enviará directamente al sistema nervioso central del usuario: los pequeños motores ubicados dentro de cada dedo les permitirán moverse rápidamente para sujetar, por ejemplo, un objeto resbaladizo. Las pruebas en humanos podrían demorar varios meses, pero los investigadores han creado un guante cuya apariencia es similar a la piel; con él, es muy difícil distinguir a una prótesis de una mano real.
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